viernes, 1 de agosto de 2008

Por Jorge Rial

Por Jorge Rial
Un gol sobre la hora
Cada uno debe tener un partido histórico. Ese que se ganó sobre la hora. El que tengo grabado a fuego es un 5 a 4 contra Boca allá por principio de los setenta en cancha de Vélez con un gol del “Puma” Morete sobre la hora. Todavía lo estoy gritando. Esos son los triunfos que se recuerdan como heroicos.
jorgerial@primiciasya.com

Algo así le debe estar pasando en estos momentos a Claudio Villarruel, que era el punto y se convirtió en banca casi colgándose del travesaño. Pero, como en el fútbol, en la televisión todo vale. El gol con la mano, en contra o el dudoso. Ganar es lo importante, incluso para los que se encolumnan detrás del juego bonito.

Todos, a la hora de hablar, tienen el discurso de Maradona. Pero cuando el partido se pone bravo se calzan la camiseta de Hrabina. Es decir, si hay que tirar la pelota a la tribuna lo hacen sin ponerse colorado. Era importante este mes de julio. Para el 13 porque consolidaba así un año seguido de liderazgo en 18 años de televisión privada. Para Telefe porque podía romper ese maleficio que ya se iba contagiando en toda la programación de la calle Pavón y que se podía extender hasta el infinito.

Pero Claudio Villarruel, que no estaba muerto como muchos suponían, decidió salir a ganar desde el fondo. Conquistando la tarde y enfocando los cañones a los fines de semana, territorio que el líder dejó libre por la confianza ciega en la fuerza arrolladora de Marcelo Tinelli. Pero el cabezón no es todopoderoso. Es humano. El solo puede levantar un canal pero no sostenerlo para siempre.

Hace algunas semanas escribí que el 13 era Tinelli y diez más. Muchos se enojaron, pero el tiempo me dio la razón. Sin un buen acompañamiento, el hombre no pudo bancar sobre sus espaldas una emisora que pensaba que ya ganaba con la camiseta.

De manera increíble, el canal de Constitución pierde el primer puesto en el mejor mes de Tinelli, con el promocionado y rendidor caño incluido. ¿Cómo pudo pasar eso? La pregunta se la debe estar haciendo la gente del 13 y la respuesta no debe ser nada fácil.

Sobre todo teniendo en cuenta que no hubo ningún cambio notable en la programación del canal de las pelotas. Sólo paciencia, como la tuvo Ali con Foreman en aquella memorable pelea en Kinsasha, cuando el joven campeón se cansó de pegarle al veterano y en el último round sacó una combinación de manos que dejó nocaut a Foreman y asombrado al mundo entero. Pura astucia y sabiduría. Aguantar los primeros golpes, rearmar la guardia y después empezar el contraataque.

Nadie sabe si eso es lo que esta sucediendo o sólo fue un milagroso golpe de Villarruel. Pero ya demostró que tiene alguna carta debajo de la manga, como lo fue el increíble rendimiento de Talento Argentino que nació un domingo pero, seguramente, encontrara algún hueco más en mitad de semana.

Y en Canal 13 todas las ideas, como los caminos que conducen a Roma, van hacia el lado de Tinelli. Los sábados con El casting de la tele y el ruego constante de algún especial para recuperar la punta.

Es, en definitiva, la pelea entre dos alumnos aplicados de la escuelita Telefe, aquella que inauguró Gustavo Yankelevich y que llevó al canal a convertirse en un fenómeno de audiencia.

Es trabajo de dos animales de este medio que no paran ni un minuto. Aunque cada uno en lo suyo ya estén hechos. No en plata, sino en laureles. Dos Generales que ya ganaron, juntos y por separado, todas las grandes batallas que tenían que ganar. Ahora están enfrentados y se sacan chispas, casi dejando de lado al 13 que lo mira por tevé. Está bárbara la tele. Como Demócratas y Republicanos, los dos se prestan el liderazgo por un ratito. La enseñanza para ambos es la humildad. No creer que la camiseta sola gana partidos. Que sin esfuerzo no hay recompensa. Que el público define todo y no siempre piensa de la misma manera.

Va cambiando para que la tele cambie. A veces elige la ficción, otras los grandes shows y otras los realities. Es decir, nadie tiene la fórmula mágica del éxito. Parecía que la tenía Telefe y hace casi un año la perdió y parecía que nunca más la iba a recuperar. Parecía también que el 13 la había conseguido para no abandonarla nunca más. Ni lo uno, ni lo otro. Como siempre, la gente se vuelca por el que parece más débil para darle una nueva oportunidad. ¿La aprovechará Villarruel? ¿Habrá aprendido Canal 13 que Marcelo no es San Tinelli? Quedan cinco meses donde los dos contendientes tendrán que afilar sus armas. Algunos quedaran heridos. El público saldrá ganando. Y es lo único que importa.

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