viernes, 8 de agosto de 2008

BRASILThe Brazilian Tango Ney Homero da Silva Rocha

BRASILThe Brazilian Tango Ney Homero da Silva Rocha

Parece sorprendente a primera vista hablar de tango brasileño, pues la idea que tiene la gran mayoría de las personas, incluso los brasileños, es de que el tango solamente es cosa de argentinos y, cuando mucho, de uruguayos. Pero en verdad, el tango también nació aquí en Brasil en la misma época de su génesis en la región rioplatense.

Tal vez ello explique por qué tantos brasileños sean amantes del tango y se sientan apasionados por la música y por la danza que cada vez más crece en nuestro país, repitiéndose aquí el mismo fenómeno merced al cual el tango argentino conquistó buena parte del mundo comprendido por varios países de Europa, América y Asia.

En la época de formación del tango, tanto en la región del Río de la Plata, Uruguay y Argentina, y también aquí en Brasil, las influencias que dieron origen al “tango criollo”, más tarde denominado “tango argentino”, fueron las mismas que dieron origen al tango brasileño.

Las principales influencias europeas vinieron de la mazurca polonesa, de la polca y del vals de Boemia, de la contradanza inglesa (country dance), del chotis (schottisch – escocés), del tango andaluz (España), entre otras, y las principales influencias africanas fueron las del candombe, para os uruguayos y argentinos y el “candomblé” para nosotros brasileños. Ya las influencias latinoamericanas, vinieron de las músicas camperas, principalmente de la milonga que era cantada por los payadores, (gauchos cantores del campo), y de la habanera, que era la música ejecutada en La Habana y que se había tornado el género musical “criollo” de Cuba, y que tuvo también gran influencia en la génesis del tango, siguiendo la misma línea melódica del “lundú” brasileño.

Entre 1850 y 1995, se producía la génesis del tango con estas influencias, tanto en la región rioplatense cuanto aquí en Brasil, y alrededor de 1870 ya existían en Brasil, composiciones de tango que era ejecutadas, básicamente, con los mismos instrumentos de los tangos porteños y uruguayos, es decir, guitarra, flauta travesera, pandereta, violín y piano. En esa época, los instrumentos de percusión de origen africano, los atabaques de los primeros tangos originales, ya no eran utilizados y pocos años después también las panderetas fueron retiradas del tango.

Se compusieron diversos tangos en ese entonces en Brasil y en la región rioplatense, hasta que en 1895, surgió en Buenos Aires la primera composición de un tango “criollo” para piano, según nos narra Horacio Ferrer, en una grabación histórica de su disco compacto, que es la banda sonora de su libro “El Siglo de Oro del Tango” (Manrique Zago Ediciones, Buenos Aires – 1996). Escuchando ese tango nos deparamos con la increíble semejanza musical con nuestros “chorinhos” para piano de entonces, ejecutados aquí en Brasil en la misma ocasión, principalmentepor Ernesto Nazaré, Chiquinha Gonzaga y por otros maestros contemporáneos. Mas tarde, Nazaré resolvió cambiar varias de sus 93 partituras conocidas de tango, para el ritmo del "chorinho", atendiendo a los intereses de las compañías fonográficas, que deseaban transmutar el tango brasileño hacia el “chorinho” y el “samba”.

Chiquinha Gonzaga, por esa misma época, compuso y ejecutó diversos tangos, tangos–choros, valses, mazurcas, gavotas, polcas y habaneras, todos brasileños.

Más recientemente tuvimos compositores de tangos brasileños, tales como Lina Pesce, David Nasser, José Fernandes, Nelson Gonçalves y muchos otros. Sin hablar de la región sur del país, más precisamente de Rio Grande do Sul, donde las influencias rioplatenses y “gaúchas” se hacen notar en las diversas composiciones de milongas y tangos brasileños.

Esto explica por qué desde Francisco Canaro a Mariano Mores, grandes maestros argentinos, así como el grupo musical Familia Lima en Brasil, ejecutan ´chorinhos’ con ritmo de tango y viceversa, como es el caso del nuestro Tico Tico Não Fubá, un “chorinho” que ellos ejecutan como tango y después como “chorinho", demostrando las semejanzas originales. Esto también explica por qué los argentinos tienen verdadera admiración por el “chorinho” que califican como “una hermosura”.

El “tango criollo” argentino fue poco a poco identificándose con las raíces porteñas y ganando personalidad única, singular, descaracterizándose, con el pasar del tiempo, de sus semejanzas originales con el “chorinho” principalmente a partir de la introducción del bandoneón, como instrumento musical principal y característico, que se identificó y que se amalgamó definitiva y eternamente con el tango.

El tema es muy interesante y para aquellos que deseen profundizarlo aún más, recomiendo la lectura de mi libro “Tango Uma Paixão Porteña no Brasil”, que puede adquirirse en el sitio en la red, del Bar Temático de Tango y en el Portal del Tango en Brasil: Bardetango, o por el correo electrónico: bardetango@bardetango.com.br y neyhomnero@bardetango.com.br , teléfonos: (+55 21) 2439 7536; (tel/Fax) y 8151-8406. Las sugerencias pueden también enviarse a esos mismos números de contacto.

Traducción al español: Cristina Otálora

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