martes, 14 de octubre de 2008

EPIFANIO EN CAFÉ HOMERO, recitado de Ariel Corbat.

EPIFANIO EN CAFÉ HOMERO, recitado de Ariel Corbat.
Enviado por: "corbat ariel" ariel_corbat@yahoo.com.ar ariel_corbat
Vie, 10 de Oct, 2008 2:51 pm


Los invito a compartir este manojo de
sentimientos puestos en “Epifanio en Café Homero”, clickeando aquí:



http://www.youtube. com/watch? v=5CYUNEdHSdU



Acompaño una semblanza de Café Homero y texto
de la letra. Espero sus comentarios. Se agradece difundir. ¡VIVA EL TANGO!



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha

http://www.plumader echa.blogspot. com

Estado Libre Asociado de Vicente López





CAFÉ
HOMERO



En cierto modo Café Homero es mío. Tan
así como sentimos nuestras las cosas que amamos y se da fe de la propiedad en
la escribanía del alma. Referencia obligada de mi vida, desde la primer noche
en que pisé sus baldosas supe que allí jugaba de local. En su arquitectura
simple, esas paredes que supieron ser un depósito de huevos enmarcan la
amplitud exacta para la expresividad del Tango. Más sería mucho, menos sería
poco. Las mesas abajo, el balcón arriba, la barra al fondo y el escenario al
lado, cerca de todos, bien cerca, a esa distancia de arrimarse en que se
mezclan los latidos.



Pienso Café Homero, donde la vivencia del
Tango definió mis gustos por las voces de Rubén Juárez, Raúl Lavié, José Angel
Trelles y Jorgito Córdoba, un piano que acaricia José Ogivieki, las siluetas de
Ricardo y Nicole, la poderosa batería de Cacho Arce, el bandoneón de Néstor
Marconi, la poesía de Horacio Ferrer, Eladia Blazquez y Juanca Tavera, la
autenticidad del Paya Díaz con las Guitarras Argentinas, Pichi Sandri, los
decires de Roberto Goyeneche, el fueye blanco del Negro… Sí, yo me hice ahí. Me puse esa camiseta y no
me la quité jamás.



Una noche… No, no quiero ventilar las
anécdotas de mis noches en Homero, no sabría dónde detenerme, pero sí mencionar
a Rody Groppo, “Lucky” Luciano, el Tano, Horacio, Martín y esa rubia loca
dejando abierta la ventana para que los duendes den vueltas por los cielos del
barrio.



Queriendo sintetizar en uno a la
maravillosa fauna tanguera que conocí en Homero surgió “Epifanio”. Hoy, cuando el
destino de sus ladrillos aún está por verse, me doy cuenta que la magia del
lugar va mucho más allá. Pasé lo que pasé, los epifanios que tuvimos la dicha
de vivir el Tango en Café Homero, llevamos aquellas emociones en el pecho. Las
puertas de ese Café Homero emocional no podrán cerrarse jamás, y acaso, acaso
digo, justo así sean las puertas del cielo.





EPIFANIO EN CAFÉ HOMERO



(A tío Antonio)





Desplegado
el gran manto del Joyero

le
cayó un diamante a Palermo Viejo,

donde
las voces son fuego y misterio

porque
los tangos invocan a Homero.



Cerca
de las cuatro, al terminar la función,

replicaban
los aplausos inundando la
Cabrera.

Noche
de revelación, que no quiso ser otra noche más,

algo
andaba de ronda ensanchando la emoción.

Cuando
Epifanio salió de Homero se arrodilló en la vereda.

La
luna en los adoquines era una luz celestial.

Abrió
los brazos de par en par,

tan
borracho en la verdad

que
vertiendo lágrimas de felicidad,

él,
conocedor de todos los infiernos,

alzó
la vista a las estrellas

dando
gracias por el Tango, esa maldita bendición,

al
Diablo y a Dios.



Y
fue ahí, ahí mismo, que algo le respondió.

Vaya
uno a saber si Dios, el Diablo o el Tango…

Vaya
uno a saber…

La
gracia de un don concedida,

la
esperanza y la alegría,

su
fe ciega en el sentido de la vida.

¡Ah!
Mirá que, aunque jodida, es linda la vida.



Se
puso en pie y empezó a correr,

riendo,
saltando, girando

abrazándose
a cualquiera,

zigzagueando
el empedrado

gritando,
casi cantando:



¡Bandoneones!

En
el cielo

lo
que hay son:

¡Bandoneones!



Bandoneones
de escenario,

consagrados
por aplausos.

Bandoneones,
los del barrio,

en
el patio solitario

de
una casa en Paraná

a la
sombra de la palta,

o el
parral, de acá nomás.

Los
de teclas afinadas,

los
de pifias sin orquestas,

los
del whisky y los del mate,

los
de noche y madrugada,

mediodía,
tarde y siempre…



¡Bandoneones,
papá!

Bandoneones

Negros,
blancos, de colores

Bandoneones



¡Bandoneones!

En
el cielo

lo
que hay son:

¡Bandoneones!



Repetía
inspirado

y
religioso en su fervor,

con
ojos desorbitados

de
loco traspapelado

entre
poemas de Ferrer.



¡Bandoneones!

En
el cielo

lo
que hay son:

¡Bandoneones!



¿Cómo
no van a ser bandoneones?

Un
pedacito del cielo en la tierra,

la
mística del dos por cuatro,

redención
de un alma en pena

y
suspiro de paz en la guerra.

¡Bandoneones,
doña!

Bandoneones…



¡Bandoneones!

En
el cielo

Lo
que hay son:

¡Bandoneones!



Tango:
¡Bendecida maldición!

A
los gritos, exaltado,

insistía
en el pregón

que
no hay ángeles con arpas

ni
querubines con flautas…

¡Qué
va a haber!

¡El
Reino entero es del bandoneón!

Y lo
que insuflan los fueyes

es
el aliento de Díos.

Por
eso el Diablo, a fuerza de Tango

es
un poco más ángel,

y un
poco menos diablo,

cuando
silba en dos por cuatro

secundando
un bandoneón.



¡Bandoneones!

En
el cielo

Lo
que hay son:

¡Bandoneones!



¿Entendés?

¡Bandoneones,
fierita!

Bandoneones…

Bandoneones,


Bandoneones
¿Qué más?



¡Bandoneones!

En
el cielo

lo
que hay son:

¡Bandoneones!





Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha

http://www.plumader echa.blogspot. com

Estado Libre Asociado de Vicente López.



Yahoo! Cocina
Recetas prácticas y comida saludable
http://ar.mujer. yahoo.com/ cocina/ Arriba Responder a remitente | Responder a grupo | Responder mediante la Web
Mensajes con este tema (2)
3.2. Re: EPIFANIO EN CAFÉ HOMERO, recitado de Ariel Corbat.
Enviado por: "Rosa" rosatango@gmail.com rosatangolamas
Vie, 10 de Oct, 2008 7:13 pm
Gracias es hermoso ahí debuté como solista en el 1987 le estrené el equipo
de sonido a Goyeneche y tamben luego cuando fui a escucharlo se cayo y lo
sostuve en mis brazos ahí cante con el Maestro Gerardo Spano otra vez me
acompañaron las guitarras argentna y una ultima vez el hoy famoso
bandoneonista y maestro que no voy a nombrar por respeto ya que me acompaño
con cara de asco los tangos donde por sencillos y antiguos no podia lucirse
demasiado.Mi papa le regaló al dueño de entonces Rodi Groppo una partitura
del tango Homero quien la emarco y la puso en sus paredes la madrina era
Susana Rinaldi .Tengo filmado en blanco y negro mi primer recital ahí porque
le fallo el color por suerte y la verdad quedo muy lindo.
Bueno me recorde de todo eso la ultima vez estuve escuchando el exelente
grupo
Pablo Porcelli Ensamble mi hijo es el baterista Claudio Eidler.
Rosa Lamas
pefilesdetango

No hay comentarios: