lunes, 28 de abril de 2008

volverá Les Luthiers al Teatro Solís para la ceremonia de entrega de "Los Premios Mastropiero".

volverá Les Luthiers al Teatro Solís para la ceremonia de entrega de "Los Premios Mastropiero".
Thomas Werner |


Les Luthiers. Exhibiendo sus originales instrumentos informales fabricados con artefactos sanitarios. Serán cinco memorables noches de alegría y regocijo con el maravilloso humor musical al que nos tiene acostumbrado el inimitable quinteto. Cinco funciones de aplausos y agradecimientos a estos artistas que hace más de cuarenta años divierten con altura y respeto por la inteligencia de los espectadores.

Cinco muestras de incorruptible fidelidad a un estilo único que supieron desarrollar estimulados por el genio creador de Gerardo Masana. Han pasado cuatro décadas y sus actuales integrantes (ver foto, de izquierda a derecha), Carlos Núñez Cortés, Carlos López Puccio, Daniel Rabinovich, Marcos Mundstock y Jorge Maronna, no dan señales de cansancio físico ni de agotamiento intelectual.

Para dentro de cuatro meses, en el Gran Rex de Buenos Aires, estrenarán un nuevo espectáculo, incluyendo también un nuevo instrumento informal. El público volverá a reírse gozosamente durante dos horas, sin sospechar que vio un show que demoró años en definirse. "Porque, contra lo que cree el común de la gente, crear humor bueno es un proceso tan difícil que pone a cualquiera de mal humor", como dice Daniel Samper Pizano en su estupendo libro Les Luthiers de la L a la S, editado el año pasado en Argentina y distribuido por Gussi Libros en nuestro país.

En esa obra se narran las terribles vicisitudes por las que pasa el proceso de creación de Les Luthiers, desde el terror de pasar horas sin que se les ocurra algún chiste nuevo, hasta la feroz autocrítica con la que ellos mismos se encargan de despedazar números que pocos días antes habían considerado graciosos.

"Los Premios Mastropiero" no fue excepción a la regla.

Una vez estrenado en 2005, sufrió cambios motivados en general por la reacción indiferente del público que no entendía una broma o que permanecía impávido ante una sutil ironía.

Por fortuna, después de tres años en cartel, el exigente quinteto ha aceitado perfectamente el mecanismo de relojería y ya no hay cambios (pero con esta gente uno nunca sabe).

El espectáculo parodia las grandilocuentes entregas de premios al estilo hollywoodense. Desde los primeros compases de una música ampulosa y el juego de luces deslumbrante, los animadores Mundstock y Rabinovich introducen al espectador en el ambiente típico de las nominaciones en las distintas categorías y el suspenso por saber quiénes son los ganadores.

López Puccio, Maronna y Núñez Cortés desfilan, reciben sus estatuillas, agradecen y pronuncian fatuos discursos que desnudan las corrupciones, miserias y falsedades del mundillo de la farándula.

Las desopilantes canciones que se intercalan son las candidatas para recibir el premio a la mejor obra musical y refuerzan el absurdo de situaciones que provocan la carcajada.

No hay nada librado al azar, la estructura humorística es minuciosa y perfeccionista. Todos los movimientos, gestos, inflexiones vocales y pausas están estudiados y ensayados hasta el mínimo detalle.

Y lo más notable es que, a pesar de ello, la actuación en el escenario parece libre y espontánea y fluye con total naturalidad.

Las entradas se venden en boleterías del Teatro Solís todos los días a partir de las 17 horas, y en los locales de la Red UTS. Los precios oscilan entre $ 1500 los palcos bajos y plateas y $ 500 los asientos de cazuela. La venta telefónica se realiza por el 480 22 24 y existe financiación de tres pagos sin recargo con tarjeta Visa.

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