Destreza y pasión en VI Mundial de Tango

Destreza y pasión en VI Mundial de Tango


``Esos van a llegar a la final´´, apuesta el profesor de tango chileno Sergio Uberuaga al ver entrar a la pareja al salón.

Con sus trajes color nácar y su piel de porcelana, los japoneses Tomoko Nakai y Ellichiro Oya suben al escenario con una elegancia tal, que su maestría para bailar el tango se adivina aún antes de que dibujen sus primeros ochos al compás de una milonga.

Campeones asiáticos de tango, ahora buscan repetir la hazaña en la Meca del dos por cuatro.

``No nos importa tanto ganar, lo que queremos es bailar tango en Buenos Aires´´, dijo Oya en una entrevista con AP.

La pareja compitió el martes en la ronda clasificatoria de la modalidad Tango Salón, una de las dos categorías del VI Mundial de Baile de Tango que se realiza en Buenos Aires.

En ``Tango Salón´´ la pareja no puede separarse mientras dura la música, lo que significa que no puede romper el abrazo, considerado la posición básica del tango. Los bailarines deben trasladarse constantemente en el sentido contrario al de las agujas del reloj y ninguno puede levantar las piernas más allá de la línea de las rodillas, lo que excluye de la coreografía las figuras de mayor despliegue como los ganchos, los saltos y las trepadas.

Esta categoría es la que más se asemeja al baile popular que puede verse en las milongas. Y es la preferida de Nakai.

``Salón es más difícil. Es como una conversación entre dos cuerpos. Está prohibido hablar, sólo con el cuerpo se puede comunicar al otro cuál es el próximo movimiento´´, dijo la bailarina.

``Ese es el tango verdadero, el tango al piso´´, acotó Oya.

En cada ronda, 12 parejas deben bailar tres canciones ante la atenta mirada del jurado, integrado por bailarines profesionales, coreógrafos y tangueros de ley, que evalúan la técnica, la musicalidad, la postura y la expresión.

En ``Tango Salón´´ compiten en total 229 parejas.

Pero los japoneses, que entrenan cinco horas diarias en un estudio de danzas de Tokio --y que abandonaron sus profesiones para dedicarse exclusivamente al baile-- también competirán en la categoría ``Tango Escenario´´, cuyas rondas clasificatorias comenzarán el miércoles.

En esta categoría sí está permitido romper el abrazo y pueden incluirse movimientos, figuras y aplicaciones de otras danzas, como el ballet, y de disciplinas, como la acrobacia.

En total más de 400 parejas provenientes de distintos países intentarán llevarse el título de campeones mundiales de tango, que en todas las ediciones anteriores --excepto en una en la que resultó ganadora una pareja colombiana-- fue ganado por argentinos.

Los vencedores de ambas categorías obtendrán un premio de 12.500 pesos (alrededor de 4.100 dólares). Pero no es la recompensa monetaria lo que atrae a los bailarines: lo que todos quieren es bailar en la capital del tango.

``Hace 10 años que enseño a bailar tango y venir aquí es como volver a la cuna´´, dijo Uberuaga, que enseña tango en una academia de Valparaíso y compite junto a su esposa, Inés Morales, en la categoría ``Tango Salón´´.

Artista completo, Uberuaga también canta tango y ha ganado varias competencias nacionales de Chile.

``Por ahora la expectativa es sólo bailar, porque el nivel de las parejas es supremo. Pero quién dice, a lo mejor clasificamos´´, dijo a AP.

El tango surgió en el Río de la Plata a fines del siglo XIX en los suburbios de Buenos Aires y Montevideo y lentamente fue ganando el favor de públicos más sofisticados hasta llegar a ser una atracción en Europa, Estados Unidos y Japón.

El Mundial cierra el lunes 1 de septiembre.

AP